El arte urbano contemporáneo es una forma de expresión que se ha convertido en una parte fundamental de la cultura de las grandes ciudades alrededor del mundo. Desde las pinturas murales hasta las instalaciones y las esculturas urbanas, este tipo de arte es un reflejo de la sociedad en la que vivimos y de la creatividad de los artistas que lo realizan. Sin embargo, aun teniendo una amplia gama de lugares para ejercer su obra, hay un lugar donde este arte toma un significado especial: los edificios abandonados.
Los edificios abandonados son una especie de lienzo en blanco para los artistas urbanos. Estos lugares son perfectos para crear obras de gran tamaño y de larga duración, debido a que se encuentran en lugares donde la gente no acostumbra a pasar o a frecuentar, lo que hace que los diseños perduren por más tiempo. Además de esto, estos edificios tienen una gran carga histórica y emocional, lo que permite que los artistas puedan crear obras en consonancia con el entorno.
Uno de los primeros artistas en utilizar los edificios abandonados como lienzos fue el estadounidense Keith Haring. En los años 80, Haring pintó una gran cantidad de frescos en edificios abandonados de Nueva York, lo que le permitió dar a conocer su obra y al mismo tiempo denunciar la situación de desigualdad e injusticia que se vivía en la Gran Manzana. Esta iniciativa de Haring inspiró a otros artistas que comenzaron a utilizar los edificios abandonados para exponer su trabajo y hacer una crítica social a través de sus obras.
El arte urbano contemporáneo se ha convertido en una herramienta de transformación social a través de la cual los artistas buscan denunciar situaciones de desigualdad, injusticia o violencia. Los edificios abandonados son lugares perfectos para que los artistas puedan llevar a cabo esta labor, ya que les permiten llamar la atención sobre aquello que quieren denunciar de una manera impactante y original. Además de esto, estas obras se convierten en un foco de atención para los turistas y transeúntes, lo que hace que el mensaje llegue a mucha más gente.
El proceso de intervención de un edificio abandonado puede durar desde unos pocos días hasta varios meses, dependiendo de la complejidad de la obra y del equipo de artistas encargados de realizarla. En general, este proceso se compone de las siguientes fases:
La Torre Davis es un edificio abandonado que durante años ha sido un símbolo de la decadencia y la pobreza de Detroit. Sin embargo, en los últimos años esta torre ha sido intervenida por diferentes artistas que han conseguido darle una nueva vida a través del arte urbano. Los murales de la Torre Davis son una obra de arte que no deja indiferente a nadie y que han permitido que este edificio abandono se convierta en un símbolo de creatividad y transformación social.
El metro de Nueva York es uno de los lugares donde el arte urbano contemporáneo más ha evolucionado en las últimas décadas. Uno de los lugares más emblemáticos de este sistema de transporte es un edificio abandonado que se encuentra en el corazón de la ciudad y que ha sido intervenido por diferentes artistas que han conseguido crear una obra de arte realmente impactante. Este edificio se ha convertido en un lugar de peregrinación para los amantes del arte urbano y es una muestra de cómo el arte puede transformar cualquier espacio.
Los edificios abandonados son una fuente inagotable de inspiración para los artistas urbanos contemporáneos. Estos lugares permiten que los artistas puedan desarrollar su creatividad y, al mismo tiempo, llamar la atención sobre las situaciones de injusticia, desigualdad o violencia que se viven en la sociedad actual. El arte urbano contemporáneo se ha convertido en una herramienta de transformación social y los edificios abandonados, en un lugar donde esta herramienta encuentra una expresión especialmente potente.